Ojo Cósmico

Ojo Cósmico
El ojo con el que yo observo el universo y el ojo con el que el universo me observa a mi son uno y el mismo.

lunes, 21 de diciembre de 2015

Ave de Fuego

    Ave de Fuego se sentó sobre la roca cruzando sus piernas, y encima de éstas colocó sus manos sobre su regaso palmas arriba una encima de la otra bajo su vientre. Cerró los ojos y respiró profundamente hinchando su pecho, exhaló suavemente por la boca dibujando con su aliento un vaho blanquecino haciendo notar así su alta temperatura. Abrió los ojos y estos brillaron encendidos por un fuego que surgía de la pupila iluminando su iris, dándole la apariencia al mismo de ser leña ardiendo. Entonces, de la palma de su mano brotó violentamente una llama que subió por encima de su cabeza. Éste, volvió a respirar tranquilamente y la llama amainó su danza y redujo considerablemente su tamaño hasta adquirir la forma de una pequeña gota... ----->




    Ave de Fuego extendió entonces sus manos hacia adelante y comenzó a moverlas alrededor de la llamita obligándola bailar adquiriendo así la apariencia de una esfera brillante como un sol en miniatura mientras se ponía de pie sobre la roca. Entonces, aquel extraño hombre, separó sus brazos y comenzó a moverlos delicadamente imitando de esta forma la danza del viento, mientras el fuego, en forma de látigo, seguía suavemente sus movimientos al compás.

    Ave de Fuego bailaba hábilmente con las llamas, éstas, a su vez, se iluminaban de excitación, se hinchaba de orgullo y cantaba con su crepitante voz palabras que solo Ave de Fuego conocía. Aquel juego, sin duda, era increíble a la vista.

    Entonces, levantó con una sola mano al fuego sobre su cabeza y comenzó a moverlo en círculos, obligándolo a bailar en forma de espiral. Y cuando Ave de Fuego levantó su dedo índice, las llamas comenzaron a girar tan rápido que éstas se extendieron delgadas como manto sobre el claro donde se hallaban, y de éste, cayeron como gotas de lluvia pequeñas chispas que al tocar el suelo explotaban dejando un rastro de hollín en forma de flores.

    Fue entonces, cuando Ave de Fuego volvió a inhalar aire hasta hincharse como globo y exhaló vigorosamente hacia arriba obligando al fuego a elevarse más allá de las copas de los enormes árboles de hojas rojiamarillas adoptando la forma de un enorme cono espiral hasta desaparecer del aire.

Ave de Fuego dibujó en su rostro una ligera sonrisa dejando así la nostalgia del hogar. <<He vuelto>> pensó. Extendió sus manos en horizontal a cada lado y levantó su rostro al cielo. –¡He vuelto!- gritó al fin expulsando de su boca y de las palmas de sus manos una línea de fuego de varios metros de distancia.

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